Primera reunión del Bebe Sendic con los cañeros

                                   ¡Perdón! quise decir a la TIERRA
Cualquiera pensaría que la primera reunión con los peludos de Bella Unión fue un fracaso. Cualquiera, menos Raúl. El planificaba hasta los aparentes fracasos.
Es conocida la historia de los Cañeros. No voy a ahondar en ella. Pero no creo equivocarme al afirmar que por esa época no había en todo el país un núcleo de personas tan explotadas ni tan desamparadas. Ya habían intentado organizarlos, pero era una tarea imposible. El nivel de indigencia, era total. El tenía que lograr su respeto, sin imponerles nada. ¿Cómo hacer?
Lo fueron a esperar a la estación con un charré. Bajó del tren y ¡cosa curiosa!, venía de traje y con un portafolio. El que lo esperaba le preguntó:
-¿Usté e' el dotor?
Le dijo que sí y arrancaron.
Muchos quilómetros sin decir una palabra.
Llegaron de tardecita a un monte que habían varios peludos rodeando un fogón. Les dio la mano a todos y se presentó: "Sendic"
-¿Toma mate dotor?
-Si me convidan...
Mucho rato tomando mate.
Ni una palabra.
Ya entrada la noche, le preguntan:
-¿Gusta probar un ensopao?
-Bueno.


Todos comieron en silencio. Cuando terminaron le dicen:
-El compañero lo va llevar pa' que pase noche.
Van hasta una especie de rancho todo hecho con paja. Era el único. Adentro había una cama con sábanas y un jergón en el suelo. Cuando Raúl entró, se tiró enseguida en el jergón. El peludo alarmado le dice:
-¡En la cama dotor!, el jergón es pa' mi.
-Ya me acosté. Hasta mañana.
Se dio vuelta y "quedó dormido".
Al otro día, rueda de mate. Todos callados. Raúl también. Luego un jarro de café aguado con una galleta dura.
Ni una palabra.
Ya saliendo el sol, Raúl pregunta:
-¿A qué hora sale el tren para Montevideo?
Todos lo miraron asombrados, hasta que uno le pregunta:
-¿Ya se va?
Raúl le contesta simplemente:
-Y... si.
Con la voz quebrada por la indignación uno le increpa:
-¿Y entonce, a que mierda vino usté?
Con voz calmada la respuesta no se hizo esperar:
-Vine porque algunos compañeros mal informados me dijeron que ustedes tenían problemas, pero como veo que no tienen ninguno, les voy a decir que se equivocaron.
-¿Cómo que no tenemos problemas? ¿Y qué pasa con...y fueron enumerando una cantidad enorme de atropellos que vivían día a día... ¡desde siempre!
Cuando le pareció que era suficiente, hizo una pausa que Raúl aprovechó para contestar:
-Y si ustedes no me dicen, como quieren que yo me entere.
Dicho esto, sacó una libretita, y empezó a anotar. Largo rato estuvo anotando. Cuando le pareció suficiente, les comunicó que iba a Montevideo para informar, y volvería. Todos se miraron.
No era la primera vez que les decían eso. Nunca volvían.
Pero no sabían que Raúl les tenía preparada la primera lección.
Cuando volvió ni siquiera lo fueron a esperar. Creo que él lo sabía.
Y volvió... ¡para quedarse!
Se formó el Sindicato de UTAA, y en su primera marcha a Montevideo por reivindicaciones, lucían orgullosos y desafiantes un gran cartel que decía:
POR LA TIERRA Y CON SENDIC





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