"Yo soy Rufo...", parte V: Control para todos


Tomado del libro de Ricardo Perdomo "Yo soy Rufo...y no me entrego"
CONTROL PARA TODOS



Lo que quiere decir este pequeño aporte, a modo de relato, que es prácticamente imposible que el “escuadrón de la muerte” se choque, aunque sólo sea por accidente, con ningún policía despistado cuando sale a comete sus crímenes, dado que desde el mismo Ministerio y de los propios Ministros parten las órdenes.Ya daremos muchos ejemplos más de esto, pero por si alguna duda puede caber, nuestro colaborador Nelson Bardesio, con cierta precisión y amabilidad nos lo va a confirmar.Danilo Micale fue generosamente pagado emigrando a los propios EEUU.Adolph B. Sáenz fue sustituido recién en 1968 por el Asesor Jefe de la Misión de Seguridad Pública de la AID, torturador y maestro de torturadores, Dan Anthony Mitrione, debidamente ajusticiado.Son los primeros anillos con que se comienza a aprisionar esta estructura. A Carrasco arribaron Paul Katz, Jefe de Servicios de Radiocomunicaciones de la Misión AID, y Charles Redlin, como Asesor de Comunicaciones de Colombia, quien, como asistente estaría solamente un mes en Uruguay.La actividad de estos adelantados del crimen organizado estatal, fue particularmente profunda.Se estudió la red de comunicaciones de Casa de Gobierno que comunica con todo el aparato del Estado, se estudiaron las instalaciones de la calle Uruguay. La sección Radio del Ministerio del Interior, oficinas y equipos.También la planta de Melilla, Policía Caminera y Jefatura de Montevideo, así como los departamentos del interior.Eficientes en su tarea de penetración, realizaban su trabajo a dos niveles, uno técnico, el otro de conocimiento personal. Quedaron dos importantes nexos: el comisario Brasseiro y el Jefe de Radio de Jefatura de Montevideo, Rey Guerin.Los jefes de las diversas funciones policiales permanecían en sus puestos y ejercían el mando directo, por más que los jefes de policía cambiasen, con los altibajos políticos.Por esa razón, entre otras ya expresadas, los yanquis se instalaron allí, como en su propia casa, entre el cuerpo de guardia y el despacho del Director de Investigaciones, frente por frente, al pasillo de acceso a las oficinas del Jefe, del Subjefe y del Jefe de Estado Mayor Policíal.

"Yo soy Rufo...", parte IV: MARCHESANO Y FIERRO




Adolph B. Sáenz, hombre del FBI, estaba radicado en Uruguay desde el año anterior, o sea 1964. Tenía además una íntima amistad con el nombrado Tte. Danilo Micale, a la sazón Director General del Ministerio del Interior.
Esta amistad no era porque sí, a corazón abierto, como puede suponerse, sino que tenía su razón de ser, americano pragmático amigo, al cargo de Director General del Ministerio le corresponde (no lo olvides, hermano) la dirección de las funciones policiales y las llamadas de Orden Público; es la llave del fichero informativo a nivel nacional, y es justamente donde se selecciona y califica quién muere y quién puede vivir, qué categoría llevará cada ciudadano, qué marca, de qué color y por cuánto tiempo. Ministerio del Interior siempre y por siempre en manos de la derecha asesina.
Allí estuvieron Ángel María Gianola,  Antonio Marchesano, Luis Hierro López, pero una muestrita reciente para refrescar la memoria: Se llama Haydée Trías, y es un testigo clave para esclarecer el asesinato de Z. Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz. Fue por el mes de abril de 1985, apertura democrática Sanguinetti en el gobierno, Marchesano en el Ministerio del Crimen, Haydée... Dice Haydée: “una noche salgo de una guardia (trabajaba como enfermera en el Clínicas) siento que me agarran de atrás, me ponen una capucha y me dan golpes y golpes, no llegué a perder el conocimiento, vi las botas y recuerdo una frase: 'no te ensañes, que ya está muerta'. Me patearon para la calle, estaba lloviendo y me dejaron tirada en la Av. Italia. Un médico que entraba a trabajar vio ese montón de trapos con sangre, que era yo, y me llevaron para el CTI. Ya para ese momento, había entrado en coma grado 4. Y luego, ya a salvo pero con fracturas, hundimiento de tórax, etc. me trasladaron al Filtro.
Recién recuperada, una tarde voy a cruzar con la luz verde en Agraciada y San Martín y veo una camioneta del Batallón de Ingeniería Nº2, no, tengo dudas, empiezo a cruzar, el que conducía pone el pie en el acelerador y me levanta en el aire. Caigo boca arriba y comencé a sentir una sensación de frío mortal. Me llevaron en unas tablas, creo que un taxi, a Traumatología y de nuevo al Filtro”
En otra parte del relato, la ingenua señora Haydée Trías, dice: “Marchesano se hizo cargo de todo”.
Es evidente que la señora no tenía “los ojos en la nuca”, y así le fue.
Aún estamos lejos del año '85 en nuestro relato. Estamos a 20 largos años de distancia, no obstante pueden y deben sacarse ciertas conclusiones de índole puramente profiláctica.
¿Cuánto fue seguida, vigilada, chequeada, esperada, con qué paciencia no esperó el Ministerio que la señora se repusiera? ¿Con qué morbosa y perversa tranquilidad la cuidaron, sabiendo bien que estaba en sus manos? ¿Cuánto presupuesto, cuánto gasto pagado con los mismos impuestos de la propia señora? Pero hay más, tiempo al tiempo... El futuro Ministro Hierro andaba por allí en alguna comisión, en el mismo Palacio donde luego pasó a vivir la señora.

"Yo soy Rufo y no me entrego", Parte III: La modernización de la enseñanza

Tomado del libro de Ricardo Perdomo "Yo soy Rufo...yno me entrego"




A la hora de cuidar sus instituciones, los yanquis eran prolijos, eso hay que reconocerlo. Nos cuesta creer que en el Parlamento Nacional hubiese sólo “calienta sillas” y que nadie sabía nada de espionaje.
Ya veremos unas cuantas razones que dicen lo bien que se conocía todo.
El acuerdo de “Asistencia”, incluía también un fondo reservado para los gastos de asesoramiento: “fondo de fideicomiso” (o trust fund), cuyo aporte lo hace el país “usufructuario”  de la “ayuda”, fondo manejado con entera libertad por el Jefe de la Misión de Seguridad Pública.

Pero no carguemos la mano a los “técnicos foráneos”, porque la penetración no sería posible si no existiesen hermanos uruguayos que siempre están bien dispuestos a abrirles las puertas a los extranjeros.
Existe otra clase de gente en el paisito para la que se tiene reservado: el submarino, el submarino blanco, la picana, el caballete, la tabla, la parrilla, el gancho, el garrote, las patadas, los puñetazos, el simulacro de fusilamiento, el fusilamiento directo, el alambre de púas para pies y manos, las marrocas, la venda, la capucha, las violaciones y otras variantes, como la desaparición, el secuestro, el tatuaje, la extorsión, el saqueo, la rapiña, secuestro y desaparición de niños, de mujeres embarazadas, de padres para robarles a sus hijos, el envenenamiento, el gas, la inyección, el ahorcamiento y otras formas de convencimiento democrático importado directamente de las escuelas del gangsterismo profesional de los EEUU y otros países “amigos”.
Estas bandas trabajaron mucho y bien en nuestro país, dejándonos una pléyade calificada de alumnos que se multiplicaron sin solución de continuidad, llegando incluso a realizar aportes a países limítrofes.
Querubines uruguayos que superaron con creces a sus propios maestros causaron el asombro de sus pares.

Pero aquí los tenemos. Y esto ha prestado un gran servicio a la tranquilidad capitalista internacional, pues nuestra “izquierda” ha creado extraordinarias formas de adaptación para absorber como en un “paquete” todas y cada una de las propuestas de los eternos dueños del poder, incluyendo además las instituciones represivas por excelencia, hasta las más podridas.
Podríamos entender esta situación, podríamos decir “no es para menos”, si la cosa quedara sólo en el miedo, que ya es bastante, pero lo que nuestro espíritu no acepta es que se han subido al carro de “los ganadores”, se han hecho cómplices.
Dentro del marco de “Asistencia Técnica”, suscrito por el gobierno uruguayo con la “Agencia para el Desarrollo Internacional” (AID), llegan a Montevideo, entre otros, dos técnicos cuyo cometido fue estudiar y poner a punto las redes de comunicación del Ministerio del Interior, con absoluta prioridad, además de las redes del resto de las jefaturas del interior del país.

Zabalza: La ley de inercia


 La ley de inercia



Eran bien tétricas las catacumbas del batallón de ingenieros No. 3 con sede en Paso de los Toros. Adolfo “Nepo” Wassen vivió en ellas un episodio que sirve para revelar  la vulnerabilidad de quienes fueron encerrados allí. A mediados de 1974 José Nino Gavazzo llegó al cuartel no se sabe de dónde y estuvo de beberaje con el teniente coronel Dieter Kellner, uno de los verdugos injustamente olvidados, que no figura en el ranking de los más conocidos. Whisky va whisky viene, a eso de la media noche fueron al celdario a entrenerse a costillas de Adolfo. Lo interrogaron durante un par de horas, le dieron un par de golpes, su objetivo no era obtener información sino simplemente divertirse. Ya cansado, el Nino se despidió con un “mañana la seguimos” y  a Adolfo lo regresaron a la cueva No. 4 del corredor semisubterráneo al que daban las diez celdas de dos metros cuadrados de superficie.
Cerca del amanecer el soldado que estaba de guardia vió un hilo de líquido viscoso que escapaba por debajo de las rejas de la celda de Nepo. Era sangre... ¡Alerta! Llamaron al doctor Zamosky, uno de los 600 mengele uruguayos que siguen ejerciendo su profesión médica porque los ministros de saludo pública todavía se lo permiten. Zamosky no atendió el teléfono. Sacaron a Henry Engler de la celda y él suturó los profundos tajos que corrían lo largo del antebrazo de Nepo que sobrevivió esa noche. Condiciones que fuerzan los prisioneros al suicidio fue otra de las prácticas sistemáticas del terrorismo de Estado: fueron homicidios las muertes de Hugo Castro el de Paysandí, de Edgar “Gato” Sosa, Alfredo Pino Garín y Ruben Martínez Addiego, el caso de Norma Cedrez y mucho otros más. Para escapar  a las presiones sicológicas y las persecuciones cotidianas, matarse fue siempre una opción a tener en cuenta. Nos acompañó meses y meses, se volvió tan habitual que le perdimos el miedo. Lo asombroso es que no hayan sido cientos y cientos los “suicidios forzosos”. La legislación internacional debiera configurar el delito de “verduguismo permanente” que fuerza al suicidio de la víctima.  
La impunidad es una concepción política.
Entrevistado por “En Perspectiva"  el 21 de agosto, el ministro Fernández proclamó  que “...yo vi un aporte a la justicia y lo hice”, "yo tuve que investigar muchos meses sobre esto, no se me ocurrió de la noche a la mañana", "esto fue una preocupación en base a la convicción de que se estaba cometiendo un error muy grave sobre un caso que es de los más conocidos”. Se aflige y desespera porque a su enterder el poder judicial comete una injusticia con Juan Carlos Gómez, procesado por el homicidio del compañero Roberto Gomensoro. El ministro defiende a los militares procesados en Chile por el asesinato de Berríos, al general en actividad Dalmao culpable del homicidio de Nibya y ahora a Juan Carlos Gómez. ¡Qué sentimientos tan altruístas, trasciende sus propios sufrimientos! Claro que, por el otro lado, se desentiende de los dictámenes judiciales que encubren a los asesinos de tantos jóvenes que en los ’60 convocó  a dar la vida por la revolución. Se desentiende además de investigar el caso de Ronald Scarzella, en cuya casa solía reunirse y almorzar, asesinado en plena vigencia de la legalidad democrática. Se desentiende de perseguir a los asesinos de Fernando Morroni y Roberto Facal, cometidos el 24 de agosto de 1994 en el barrio Jacinto Vera. Se olvida que esa mañana convocó a rodear el Hospital Filtro por los micrófonos de CX 44... En este caso no da “línea” a los fiscales como hace con la jueza de Paso de los Toros, porque su sentido de justicia es de color verde, tiene por objetivo fortalecer y perpetuar la impunidad del aparato represivo.
Con la absolución del coronel Gulla por el asesinato de Horacio Ramos cometido en el Penal de Libertad, los jueces están legalizando el concepto de “suicidio forzoso”. Mientras que los ex-guerrilleros y los comunistas que integran el gobierno callan vergonzosamente, la ex-fiscal Mirtha Guianze fue la única en rechazar públicamente la absurda sentencia. En  adelante los verdugos podrán presionar a la víctima hasta que se suicide, pues esa forma de homicidio está ahora protegida por la jurisprudencia. También callan cuando un descarado tribunal absuelve al Goyo Álvarez por el homicidio de Roberto Luzardo pese a las pruebas que demuestran su culpabilidad. Se lavan las manos como si no tuvieran nada que ver con las víctimas del terrorismo de estado. ¡Vamos señores ministros, vamos señores legisladores, aventuren una exclamación de indignación con los jueces! ¡Muestren que alguna vez tuvieron sentimientos revolucionarios! ¡Que no siempre callaron frente a las injusticias! En realidad este gobierno progresista seguirá callando, respaldando con el silencio el quehacer de los jueces más reaccionarios.
La impunidad no es solamente la ley de caducidad. Es una política, una concepción que se refleja en las conductas de los diferentes operadores del gobierno. Es el discurso permanente del presidente y de la primera dama en los medios de comunicación masivos, es la persecución a la jueza Motta y la hipocresía con el  joven violado por las tropas uruguayas en Haití, son las actitudes de Víctor Semproni, es Alberto Breccia planteando que el desafío es perdonar  a los asesinos y Esteban Pérez Vinisky que pide a las víctimas del terrorismo que perdonen a los verdugos, es Ricardo Erlich premiando con el Bartolomé Hidalgo el libro que iguala a víctimas y victimarios y es Fernández, el ideólogo de alianza entre sectores de la oficialidad y los ex-guerrilleros gobernantes.  Se cumplió el dictámen de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos pero, para no irritar a los militares, el discurso se apegó a lo establecido en la sentencia del caso Gelman. En esa oportunidad, pese a contar con el mayor respaldo internacional, el gobierno fue incapaz de comprometerse a tomar la iniciativa en la investigación der los crímenes del terrorismo. Han sabido inocular el virus de la impunidad en dosis tan pequeñas que los manipulados ni cuenta se dan, han logrado despertar sus instintos más reaccionarios y hacer que la verdad y la justicia sean ajenas a los sentimientos de las mayorías populares. Triunfaron en el terreno donde habían fracasado Sanguinett y Lacalle.  

¿Dónde está la mala gestión que les achaca la derecha?. 

Con idéntica metodología de riego por goteo, el gobierno va introduciendo la idea del acuerdo político-militar con los EEUU. Al principio fue el Comando Sur que donó una policlínica a instancias de la señora de Luis Rosadilla; después fue el propio ex-ministro de defensa que colocó la piedra fundamental de un campo deportivo tiernamente abrazado con el embajador yanqui; más tarde fueron sus viajes a los EEUU sobre los que nada saben el parlamento y el Frente Amplio. Paso seguido aumentaron bastante la dosis trayendo a los SEALs, operación en la que contaron con el mudo consentimiento de todos los  parlamentarios, incluídos los que se definen antimperialistas. Las seguridades dadas en privado a los EEUU deben ser tan fuertes que no pudo debilitarlas la operación geopolítica “salida de Paraguay- ingreso de Venezuela” (que puede leerse “jugada de EEUU-contrajugada de Brasil”). Por eso, después del episodio mercosureño llegó Frank Mora, una figura claramente identificada con la barbarie genocida yanqui, contra el cual nadie levantó su voz en el parlamento o en la Mesa Poitica del Frente Amplio. Hay muchas probabilidades de que estas relaciones, cada vez más íntimas, culminen en la inauguración de la primer base militar extranjera en territorio uruguayo. Esa es la estrategia del Pentágono y eso se está consintiendo con el “laissez faire” en el parlamento y en el Frente Amplio. Es tan habilidoso el manejo del gobierno, que deja contento a la barra antimperialista con lo de Venezuela, al tiempo que su buena conducta y mejor letra le permite cosechar calurosas felicitaciones de Hillary Clinton.... ¿No es genial?
La gestión es tan eficiente que lograron hacer pasar desapercibida la invasión de las corporaciones transnacionales, que se insertan en Uruguay a través de empresas brasileras, argentinas, chilenas, holandesas, belgas y hasta alguna de origen griego. Casi sin resistencias, salvo algunas honrosas manifestaciones de protesta, están regalando la infraestructura productiva al capital extranjero. Al tiempo que hicieron crecer el monto de la deuda externa, tienen a todos convencidos de que el problema está solucionado. Mientras aumenta la dependencia del Uruguay con esos mismos bancos que están hundiendo a los pueblos trabajadores de Europa y EEUU, la gente está convencida que somos un país de primera cada día más libres e independientes. Más eficaz todavía ha sido el manejo ideológico del proceso de  “bancarización” del consumo, todos ligados a las tarjetas de plásticos, todos flotando en la burbuja del capital financiero, todos y todas viviendo en las nubes. Parece la maldición de Malinche. ¿Dónde está la defensa del patrimonio nacional que fue uno de los ejes del crecimiento electoral de la izquierda frenteamplista? ¿Y el proyecto de Uruguay Productivo que enterraron bajo el modelo celulósico-sojero?. Extraordinaria capacidad de manipulación.
Los dineros del presupuesto nacional se dedican a pagar los servicios de la deuda externa en primer lugar y al fortalecimiento de las fuerzas armadas y la policía en segundo lugar. De ahí que el ministro Bonomi disponga de los medios que permiten construir cárceles y mejorar muchísimo el armamento y el parque automotor de la policía. También se le proporcionaron los fondos presupuestales para aumentar en un 100% los sueldos de los funcionarios de la represión pública. ¿Porqué no aumentaron en igual medida los salarios de los funcionarios de la educación y la salud públicas? Porque los servicios de la deuda, las fuerzas armadas y la policía son las tres prioridades estratégicas fijadas por el gobierno de Mujica, aunque nada tengan que ver con las necesidades populares ni con las líneas establecidas por los congresos del Frente Amplio. Su discurso “educación y educación” fueron sólo palabras, vanidad de vanidades. Pese a la opinión de blancos y colorados, el desastre de la salud, la vivienda y la educación no se debe a mala gestión, sino que esas políticas sociales no entran en el proyecto real que se gestiona. A la luz de los intereses que el gobierno quiere beneficiar la gestión ha sido excelente.

¿Qué salida hay para el descontento?

Los dirigentes frenteamplistas de hoy ocupan el mismo lugar que antaño ocuparon los polïticos blancos y colorados, al decir de José Pedro Lopardo en “Rebeldes” abandonaron todas las “locuras” que los identificaban como de izquierda. Perdieron el enganche con el movimiento popular y están perdiendo la capacidad para desempeñarse como amortiguadores políticos del conflicto social. Sus renuncies son la causa de que existan esos 230.000 frenteamplistas descontentos que contabilizó una encuesta de Oscar Bottinelli, gente cansada de reclamar y patalear, que percibe la ausencia de medidas para resolver en serio los problemas en la educación, la salud y la vivienda, que rechazan la extranjerización de la economía, les rechina la prédica de olvido y perdón y repudian los acuerdos estratégicos con el Pentágono. Los descontentos no se han alejado del Frente Amplio, es el Frente que los ha abandonado. Probablemente, sin embargo, embretados en  la disyuntiva de lo menos malo, en las próximas elecciones podrán ser nuevamente inducidos a votar por Tabaré Vázquez para derrotar a los candidatos blancos y colorados. Por inercia se puede seguir en línea recta hasta el infinito como se ha hecho hasta ahora  adentro y afuera del Frente Amplio.
No hay lugar para los descontentos en un Frente Amplio que aborrece la participación y  clausuró los espacios donde las discrepancias tenían consecuencias prácticas. Cuando se habla de “debate” se está hablando de vedettes en escenarios que arman los medios de comunicación y no de bases organizadas que discuten política. No quieren que cunda el ejemplo del Comité de Base de los uruguayos en México. De aquellas coordinadoras capaces de oponerse frontalmente a las políticas privatizadoras del Intendente Arana queda apenas el recuerdo de pasadas ilusiones. Quienes insistan en críticar las vacilaciones y las claudicaciones, se colocan fuera de la “disciplina partidaria” y serán pateados fuera del tablero sin ninguna piedad, como hicieron con Helios Sarthou y Guillermo Chifflet. No pueden darse el lujo de abrir espacios al pensamiento crítico y por eso en las elecciones internas hubo cuatro candidatos y un único discurso. El nuevo rol que aparece a la vista es un Frente Amplio organizado para comunicar al electorado las obras realizadas que la gente desconoce.  Eso es. Necesitan un Frente Amplio que repita como un loro el discurso del gobierno, lo mismo que criticaban al PCUS y el Pravda de la desaparecida URSS.
Cerradas las posibilidades de torcer el rumbo que ha emprendido el gobierno mediante la participación y el debate, sólo resta la esperanza de hacer sentir el descontento, el desengaño y la indignación como se hizo en las municipales de mayo del 2009 y en las internas del Frente, con el voto protesta. Parece ser la única vía para manifestar multitudinariamente el rechazo al modelo de país que están construyendo, la única forma de dar una especie de campanazo que conmueva la conciencia de los tres millones de uruguayos. No me imagino una organización, sino simplemente una multitud de votos protesta. Nada más. Sólo un grito colectivo de protesta.
Tal vez estén muy enredadas estas reflexiones que arrancan con el recuerdo de Wassen y terminan en el voto protesta, pero no me dejan dormir las sentencias que exculpan a los asesinos de Roberto Luzardo y Horacio Ramos. Ellas no presagian nada bueno. No puedo dejar de ver cómo juegan mis ex-compañeros en el proyecto político militar con las fuerzas armadas y los EEUU del cual su política de impunidad es sólo una parte. No puedo dejar de sufrir la impotencia que sienten tantos compañeros y tantas compañeras al ver la condición actual de la fuerza política antimperialista y antoligárquica a la que pertenecieron y por la cual se jugaron la libertad y la vida. No puedo dejar de ver que son muy negras las perspectivas para la próxima contienda electoral y por eso pienso que sería muy buena cosa el voto protesta, demostrarles que no todos el mundo se deja arrastrar así nomás. Disculpen este final de índole muy personal.

Jorge Zabalza

El delito de ser joven







El delito de ser joven



Escribo estas líneas para recordar un hecho que nos indigna hasta las lágrimas y nos ata un apretado nudo en la garganta y en el estómago; los crímenes cometidos en nombre del estado, crímenes que, esgrimiendo la impunidad, intentan hacernos olvidar. Crímenes que han sido banalizados por muchos y que otros pretenden mostrar como parte de las “pérdidas” acaecidas en una guerra entre dos bandos iguales, la famosa teoría de los dos demonios. Crímenes que algunos se sienten con derecho a perdonar pasando olímpicamente sobre la justicia. Estos bestiales y numerosos asesinatos son un hecho que nos duele y somos muchos los que no estamos dispuestos a olvidar ni a perdonar. Quiero rendir homenaje a los y las jóvenes estudiantes que perdieron sus vidas por defender sus principios, quiero saludar a sus familias y a sus seres queridos.


Soy consciente de que las listas siempre omiten a alguien y por eso les pido que la completemos entre todos, nada más lejano a mi intención que dejar en el olvido algún nombre, sin importar de la corriente ideológica que provenga. La lista está armada con información adquirida en Internet; de la página del Muerto, de algunos de los escritos de Marys Yic, de Kaos en la Red, del Ortiba, de otras páginas, de la “investigación histórica sobre la dictadura y el terrorismo de estado en Uruguay” coordinada por Álvaro Rico. También recurrí a la lista de caídos por el MLN del libro “Raúl Sendic” y a la ayuda memoria de Jorge Zabalza. Los caídos son demasiados y es difícil saber en cada caso los datos de sus vidas y las circunstancias de su muerte. Aunque es injusto hay compañeras y compañeros sobre los que prácticamente no existe información de acceso público.


Quiero pedirles que nos detengamos un instante a observar a los jóvenes y adolescentes que nos rodean, que conocemos. Constatarán seguramente que no podemos mirarlos sin pensar en proyección o en futuro. Vemos las características personales, lo que les gusta, lo que quieren, lo que hacen, como lo hacen… entonces descubrimos que a pesar de que cada uno de ellos es distinto al otro, tienen muchas cosas en común, factores que los nuclean tras ideas, distintas corrientes y pensamientos. Tienen además muchos años por delante, años para crecer, para cambiar, para reafirmarse, para vivir. Admiramos la empatía, el compromiso y la solidaridad cuando lo descubrimos como cualidad, si eso va acompañado de empeño por el estudio, de tesón e inteligencia, de conciencia social, vislumbramos al instante un futuro prometedor y albergamos expectativas con respecto a ese ser. Los jóvenes asesinados por el terrorismo de estado tenían todo eso, sin embargo se les arrebató violentamente la posibilidad de proyectarse hacia un futuro.

El 18 de agosto hubo un acto conmemoratorio de los estudiantes que fueron asesinados en manos de los militares. Muchos de nosotros estamos familiarizados con la imagen de algunos de estos compañeros y compañeras ausentes, con la historia de su muerte y con los reclamos por verdad y justicia que se han hecho en torno a ellos. Pero ese sábado compartimos algo más profundo, más conmovedor. Sus familiares o allegados nos hablaron de ellos, de su vida, de detalles que pueden parecer poco significativos, pero que los transforman de alguna manera en todos los jóvenes que conocemos, en nuestros hijos, nietos, vecinos, alumnos. Nos prestan sus sueños, nos cuentan sobre su carácter, sentirlos en voz de quienes los aman los acerca a nosotros. Son símbolo de resistencia y lucha, pero también son la prueba de las atrocidades cometidas por los militares. Quienes los conocieron los recuerdan jóvenes, adolescentes, llenos de vida. Me afectan mucho los actos en los que recordamos a quienes fueron violentamente arrancados de nuestro lado, arrancados de la vida, este sábado los llevé más cerca del corazón, más humanos, pero a la vez los crímenes y criminales se presentaron más bestiales, más inhumanos frente a mis ojos.

Quienes fueron jóvenes en los años 60 y 70 no eran en muchos aspectos distintos a los jóvenes de hoy en día, en el pecho de esa juventud ardían seguramente inquietudes parecidas, anidaban miedos y expectativas similares a las que preocupan a nuestra juventud ahora. Sin embargo el momento histórico que les tocó vivir y el compromiso de cada uno de ellas y ellos marcó sus vidas de una forma determinante, y en muchos, demasiados casos, la truncó, apagó para siempre la posibilidad de acceder a ese futuro para otros tan obvio. Pienso en mis hijos, en Isabelle de 24 años y en Gabriel que pronto cumplirá los 20 y no puedo dejar de imaginar a aquellos y aquellas jóvenes que conformaban el grueso de la “subversión” que los militares asesinaron, torturaron, violaron y desaparecieron.


El coronel Ramas nos recuerda con orgullo las palabras de Lacheroy que confirman una vez más que estos “viejitos” siguen convencidos de que hicieron lo correcto, que las muertes, secuestros,  torturas, encarcelamientos inhumanos y violaciones fueron crímenes justificados y que volverían a hacer lo mismo. Por el momento no pueden, entonces trasmiten su “sapiencia” a los actuales integrantes de las FFAA.


"Si no comprendemos que los principios éticos en que hemos sido formados para la guerra clásica no sirven para la lucha contra la subversión, perderemos. Para la lucha contra la subversión hay que meterse en el lodo, ensuciarse y salpicarse. El que no lo entienda de esa manera, más vale que se rinda de antemano." Coronel Lacheroy, veterano guerra de Argelia. Nosotros sabemos muy bien que los especialistas franceses de la guerra antisubversiva pusieron su conocimiento al servicio de las dictaduras sudamericanas, con Argentina en la cabeza. Seguramente hombres como Trinquier, maestro en el arte de los fichajes, allanamientos, extorsión y tortura para la obtención de información, son también muy admirados por militares cono Ramas. Aplicaron la práctica de la desaparición de personas con el fin de aterrorizar a la población. Recordemos que esa salvaje concesión fue derrotada primero en Vietnam y después en Argelia. Pero ya que gentilmente Ramas lo trae a colación en la carta que me escribe y le escribe a los integrantes de las FFAA (curiosa combinación), no puedo evitar el evocar que el ejército argentino estableció en 1974 con el ejército chileno y uruguayo una cooperación para el secuestro y el asesinato (léase Plan Cóndor), gracias entre otras cosas a las lecciones de Argelia. Combinaron la teoría francesa de la contra subversión, el esquema Trinquier de la división de zonas, el fichaje, los allanamientos, la tortura y las desapariciones con las teorías americanas. Lo peor es que se sienten orgullosos de eso,  lo atroz es que hablan de “espiral de sangre” y crímenes cometidos por los “sediciosos” o “terroristas” y lo increíble es que desde la “izquierda” otros replican con olvido y perdón frente a estos hechos tan constatables y contundentes.


Los jóvenes se transformaron en un grupo enemigo de las FFAA, enemigos del estado uruguayo. Quien era considerado sospechoso, quien osaba protestar, quien manifestaba, quien se reunía con otros, pasaba a conformar las filas de lo subversivo y por ende no tenía derecho sobre su vida. Para combatirlos se desató una desenfrenada represión, un horror del cual hay testigos. Los asesinatos a estudiantes, las persecuciones, la represión, la tortura, el secuestro, pasaron a ser prácticas habituales. Los militares siguieron al pie de la letra las palabras de Lecheroy; se metieron en el lodo, se ensuciaron, salpicaron a todos sin que les importara lo bajo que caían. Trajeron asesores como Mitrione para aprender a torturar de forma más efectiva, aprender a aplicar el dolor de manera que esas jóvenes vidas se quebraran junto a la escasa dignidad que podía quedarle al sádico que los torturaba. Estos milicos bajaron uno a uno los escalones que los llevarían a poner en práctica la frase que Ramas nos recuerda. Queriendo denigrar a sus víctimas, perdieron toda dignidad humana, descubriéndose como degenerados, violadores y sádicos, condición imposible de disfrazar con uniformes, paradas, o frases tales como “defensa a la patria” o “respeto a Artigas”. Muchas de estas depravadas bestias, que mostraron toda la pobreza que puede alcanzar la condición humana, siguen caminando entre nosotros, otras dan su opinión, comentan y adoctrinan a las FFAA desde sus cárceles especiales o desde arresto domiciliario, como si sus crímenes hubieran sido de índole menor, como si las vidas de todos y todas esas jóvenes no valieran nada.


Hay que recordar a cada muerto, a cada desaparecido a cada niño o niña secuestrado. No hay que olvidar las torturas, las violaciones la represión, la persecución, el exilio, etc. La gravedad de lo que las FFAA hicieron en nombre del estado no se puede disfrazar, disculpar, olvidar o perdonar. Solo se engaña quien se quiere dejar engañar. Los y las compañeras a quienes les arrebataron la vida no tuvieron la oportunidad de elegir, tampoco la tuvieron los torturados y menos aún los niños secuestrados o nacidos en cautiverio. Tampoco los hijos ni familiares elegimos, pero podemos hacerlo ahora. Por respeto a ellas y a ellos, por respeto a nosotros mismos, a los jóvenes de ahora y a los que vendrán, debemos recordarlos y luchar por su memoria.


Viven en nosotros, exigimos Verdad y Justicia


Veronika Engler 26/08/2012


Recordemos a los estudiantes asesinados.


Un 14 de agosto del año 1968 muere Liber Arce, un estudiante auxiliar de Odontología que tenía 28 años de edad. Liber fue herido el 12 de agosto en una manifestación estudiantil, baleado por la espalda desde una distancia de no más de cuatro metros. Recibió un disparo en una pierna con orificio de salida en la ingle, el balazo le seccionó la arteria femoral que irriga los miembros inferiores. El autor del disparo fue el oficial ayudante Enrique Tegiachi.


En setiembre de 1968, es asesinado Hugo de los Santos cuando tenía 20 años de edad. Hugo era estudiante de Ciencias Económicas y militante de la Juventud Comunista. El cuerpo médico que lo atendió certificó que había llegado muerto. La causa de su muerte fue un disparo de arma de fuego por el que un proyectil de tipo metralla le atravesó el tórax lesionándole el corazón y produciéndole una hemorragia que, de haber sido atendida con prontitud, no hubiera sido mortal.


Susana Pintos de 27 años de edad, estudiante de la IEC y también militante de la Juventud Comunista, muere el mismo día que Hugo de los Santos. Ingresa sin conocimiento, herida de perdigón en tórax sin orificio de salida, herida de perdigón en región carotidea izquierda con perforación de estómago y en miembro inferior izquierdo. Susana Pintos fallece a la hora 3 por hemotórax de tres litros en el Hospital de Clínicas.


Jorge Salerno, 24 años, era estudiante de Agronomía e integrante del M.L.N., fue asesinado en 1972 durante la toma de Pando cuando se entregaba con los brazos en alto.


Ricardo Zabalzajoven minuano estudiante de notariado que fue asesinado a los 20 años, el 8 de octubre de 1969 por la Guardia Metropolitana en la toma de la ciudad de Pando. Fue herido por una ráfaga de metralleta y se entregó, lo hicieron caminar 80 m hasta un camión de la Guardia Metropolitana, allí lo tiraron al suelo y lo ejecutaron de un balazo en la nuca, obedeciendo así el Código W-1 del presidente Pacheco que ordenaba no tomar prisioneros.  Su cadáver presenta un balazo con orificio de entrada en la nuca y alojado en el frontal. Además, tiene hundimiento de cráneo producido seguramente por un culatazo Ricardo era integrante del MLN.


Alfredo Cultelli, 18 años, asesinado por la espalda por la Guardia Metropolitana el 8 de octubre de 1969 en la toma de la ciudad de Pando. Era integrante del M.L.N


Fernán Pucurull, asesinado por la policía de un balazo el 31 de mayo de 1970.


Juan Carlos Larrosa Cruz, estudiante asesinado el 27 de octubre de 1970.


Heber Nieto de apenas 17 años de edad es asesinado por un francotirador el 24 de julio de 1971, cuando la policía y el escuadrón de la muerte atacaron a estudiantes en el Instituto de Enseñanza de la Construcción. Mientras varios compañeros (gurises entre 12 y 14 años) realizaban un peaje en apoyo al gremio de CICSSA en conflicto, fueron reprimidos fuertemente por la policía. Se trasladan a la IEC donde él junto a otros compañeros estaban trabajando en la construcción de salones. Desde el edificio del BPS que estaba en construcción, uno de los 4 francotiradores, traídos especialmente, dispara y lo asesina.


Manuel Ramos Filippini era estudiante del IAVA, militante del M.L.N., secuestrado y asesinado a fines de julio de 1971. Su cuerpo apareció en las rocas de la costa, sobre uno de los extremos de la playa de Pocitos, el 31 de julio de 1971. Presentaba diez impactos de bala en la cabeza, en los brazos y en el cuerpo. Los asesinos se habían identificado como "Comando Caza Tupamaros Óscar Burgueño", según un papel mimeografiado que fue encontrado junto al cuerpo. El cadáver de Ramos Filippini inauguró la serie de asesinatos que siguió con la desaparición de Abel Ayala y Héctor Castagnetto, y la tortura y muerte de Íbero Gutiérrez, en febrero de 1972.


Eduardo Agustín Ariosa Amilivia era estudiante y fue asesinado en Montevideo el 28 de julio de 1972.


Santiago Rodríguez Muela, le decían “el charla”, tenía 22 años cuando fue asesinado en el liceo Nº 8 por una banda fascista el 11 de agosto de 1972, el mayor Enrique Mangini, integrante de la JUP lo mata.  Nelson Santiago Rodríguez Muela estaba casado, tenía un hijo, era militante del PCR y obrero de ANCAP donde militaba sindicalmente. Santiago culminaba sus estudios en el nocturno del liceo Nº 8. El homicidio aún sigue impune.


Julio Spósito tenía 19 años, era estudiante del Liceo Suárez, fue asesinado el 1º de septiembre de 1971 durante la represión policial contra una manifestación en las inmediaciones de las Facultades de Medicina y Química.


Héctor Castagnetto tenía 19 años, era estudiante de Agronomía.  En la mañana del 17 de agosto de 1971 salió de su casa a trabajar en la feria, a partir de allí no se supo más de él. Fue secuestrado por el Escuadrón de la Muerte. Fue arrojado al mar en el Puerto de Montevideo sin saberse hasta el momento si lo hicieron estando vivo o muerto, su cuerpo sigue desaparecido. Los únicos procesados con prisión como co-autores de homicidio especialmente agravado fueron Nelson Bardesio y Pedro Freitas. Sofía sigue prófugo en EE.UU. Sin embargo, la magistrada no hizo lugar a la imputación contra el ex agente de la DNII, Washington Grignoli por no encontrar elementos de convicción suficientes para procesamientos en los casos de Filippini e Íbero Gutiérrez


Íbero Gutiérrez fue asesinado a los 22 años por los escuadrones de la muerte, el 27 de febrero de 1972. Era poeta y estudiante de Humanidades, militaba en la FEUU y en el Movimiento 26 de Marzo. Ibero fue asesinado por el Comando Caza Tupamaros, grupo de ultraderecha amparado desde el gobierno autoritario de Bordaberry y los medios de comunicación de ese entonces quienes nunca hablaron de la muerte del joven como un asesinato. Su cuerpo fue hallado junto a una nota que decía: “Vos también pediste perdón. Bala por bala, diente por diente. CCT\".


Armando Hugo Blanco Katras, estudiante, asesinado el 14 de abril de 1972. Ejecutado en el operativo en la calle Pérez Gomar, que dirigió el inspector Víctor Castiglioni.


Horacio Carlos Rovira Griecco, asesinado el 14 de abril de 1972. Ejecutado en el operativo en la calle Pérez Gomar, que dirigió el inspector Víctor Castiglioni


Gabriel María Schoeder Orozco, asesinado el 14 de abril de 1972. Ejecutado en el operativo en la calle Pérez Gomar, que dirigió el inspector Víctor Castiglioni


Blanca Castagnetto Da Rosa, estudiante de notariado, es asesinada en Colonia el 24 de abril de 1972.


Leonel Martínez Platero, estudiante de arquitectura, asesinado el 13 de junio de 1972


Gustavo Luis Couchet Inzaurralde, estudiante del IAVA, asesinado en Montevideo el 26 de junio de 1972.


Juan Fachinelli, estudiante de arquitectura asesinado en la tortura el 28 de junio de 1972


Aurelio Fernández, estudiante de medicina asesinado el 8 de julio de 1972.


Joaquín Kluver  nació en Mercedes. Estudiante de Agronomía, asesinado el 6 de diciembre del 1972 en una manifestación en Paso Molino, cuando la manifestación se auto disolvía, llega una camioneta del ejército de la que desciende un soldado y comienza a disparar su arma. Los manifestantes se dispersan y son perseguidos por el vehículo del ejército. En Agraciada y Freire detienen Joaquín y lo introducen por la fuerza en la camioneta. Se oyen tiros y el vehículo desaparece rápidamente del lugar. Horas después se confirma la desaparición de Joaquín Klüver y al día siguiente llega la noticia de que había fallecido y su cuerpo se encontraba en el Hospital Militar”.


Walter Medina era montevideano, estudiante del liceo 17,  miembro de la Juventud Socialista. A pesar de sus 16 años lo apodaban “El Abuelo”. Fue asesinado el 8 de julio de 1973 mientras pintaba en un muro "consulta popular". Muere a causa de varias perforaciones de bala disparadas por la espalda. Fue el segundo mártir de la resistencia a la dictadura durante la Huelga General.


Ramón Peré - estudiante de la Facultad de Veterinaria, militante de la FEUU y de la Juventud Comunista, muerto en las inmediaciones de Facultad de Veterinaria durante la huelga general el 6 de julio de 1973, es asesinado por dos policías vestidos de civil. Ramón era estudiante de la Facultad de Veterinaria, docente de Enseñanza Secundaria y militante de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay (FEUU).


Hugo Leonardo de los Santos Mendoza, 21 años, estudiante de agronomía. Muere en prisión el 3 de setiembre del 1973, pocos días después de haber sido apresado, la muerte es a causa de los golpes recibidos.


Juan Antonio Povaschuk,  desaparecido en Chile el 29 de setiembre de 1973


Silvia Reyes (una de las llamadas tres pibas de abril), estudiante de 19 años de edad asesinada el 21 de abril de 1974 en el barrio Brazo Oriental en un pequeño apartamento de la calle Mariano Soler junto a Laura Raggio y Diana Maidanik. Silvia estaba casada con Washington Barrios que fue secuestrado en Argentina y hoy permanece desaparecido, estaba embarazada de tres meses. Los militares entraron al apartamento donde estaban las tres amigas y realizaron más de 140 disparos con armas de guerra, fusiles y ametralladoras punto 30, los vecinos vieron como sacaban los cuerpos ya sin vida. A cargo del operativo estuvo el general Juan Rebollo, participaron también los generales Julio César Rapella y Esteban Cristi, los Mayores Armando Méndez y José Nino Gavazzo, el Coronel Manuel Cordero y los entonces Capitanes Mauro Mariño, Julio César Gutiérrez y Jorge Silveira. El padre de Silvia contó unos treinta impactos sobre el cuerpo sin vida de la chica embarazada. En ese operativo mataron a un vecino que volvía del trabajo en bicicleta al confundirlo con Washington.


Diana Riva Maidanik, (una de las llamadas tres pibas de abril), estudiaba psicología, tenía 21 años. Es una de las tres estudiantes asesinadas el 21 de abril de 1974. Fue asesinada en el barrio Brazo Oriental, en un pequeño apartamento de la calle Mariano Soler junto a sus amigas Laura Raggio y Silvia Reyes que estaba embarazada.


Laura Raggio, (una de las llamadas tres pibas de abril), 19 años de edad, estudiante que fue asesinada junto a sus amigas Diana Maidanik y Silvia Reyes el 21 de abril de 1974.

Nibia Sabalsagaray era oriunda de Nueva Helvecia, tenía 24 años, era estudiante del IPA, del CEIPA y pertenecía a la UJC, se había recibido hacía poco de profesora de literatura. El 29 de junio de 1974 fue detenida a las dos de la mañana en su domicilio y conducida al Batallón N° 5 donde se la tortura brutalmente; al mediodía del mismo día se informa su muerte a los familiares catalogándola de suicidio y entregando el féretro con la prohibición expresa de abrirlo. El 8 de noviembre de 2010, el juez Rolando Vomero procesó al general Miguel Dalmao y al coronel retirado José Chialanza como responsables de homicidio muy especialmente agravado, por la muerte de Nibia Sabalsagaray

Hugo Enrique Cacciavillani, 23 años Es asesinado el 11 de agosto de 1974 en Rosario, Argentina junto a Rutilio (Masacre de la Capilla de Rosario)

Rutilio Dardo Bentancour, 24 años, Muere el 11 de agosto de 1974 junto a 15 compañeros más, son fusilados por orden de José Vaquero simulando un enfrentamiento, en la ciudad de Rosario, Argentina (Masacre de la Capilla de Rosario)


Raúl Yankel Feldman, 26 años, estudiante en la Facultad de Humanidades y Ciencias. Asesinado el 24 de diciembre de 1974 en Buenos Aires.

Luis Eduardo González González, de 22 años, estudiante de medicina, militante del Partido Comunista Revolucionario (PCR). El 26 de diciembre de 1974 fue asesinado en la tortura en el Regimiento de Caballería Nº 6


María Clarisa Bonilla Unpiérrez, estudiante de liceo. Fue detenida el 3 de mayo del 1974 en su casa, muere el 28 de abril del 1976 a causa de la tortura de la que no logró recuperarse.


Héctor Daniel Brun Cornelius, estudiante en la Facultad de Arquitectura, 28 años. Detenido en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1974 y trasladado a Uruguay, fue asesinado en Soca el 20 de diciembre de 1974, su cuerpo maniatado con hilo sintético, presenta múltiples heridas de bala desde las piernas hasta el tórax. También asesinan a su esposa María de los Ángeles Corbo, embarazada de 6 meses


María de los Ángeles Corbo, 26 años, estudiante en la Facultad de Medicina. Detenida junto a su esposo Héctor Daniel Brun en Buenos Aires el 8 de noviembre de 1974 y trasladada a Uruguay, fue asesinado en Soca el 20 de diciembre de 1974, estaba embarazada de 6 meses.


Nelson Wilfredo Gonzales Fernández Se exilió en Buenos Aires en el año 1069.  El 6 de mayo de 1976 se lo llevaron de su residencia en la zona de Retiro y hay testigos que identifican la comisaría de Flores como primer lugar de detención. Sus padres Bifredo e Hilda se enteraron un mes después de su detención. Tenía 28 años. Desaparecido.


Wiliam Alem Whitelaw Blanco, 28 años, estudiante en la Facultad de Medicina, fue secuestrado y asesinado en Argentina el 20 de mayo del 1976


Silvina del Carmen Saldaña, 28 años, estudiante del IPA. LA detienen y llevan al “300 Carlos”. La asesinan en la tortura el 30 de junio de 1976


Rubén Prieto Gonzalez, empezó a militar tempranamente en la agrupación Patria Grande, en el Fer del Nocturno después, y finalmente en la Roe; allí lo conoció Ángeles Michelena: coordinando acciones con el Fer del Iava; ambos formarían pareja después, refugiados en Buenos Aires, donde prosiguieron militando en el Pvp.  El 30 de setiembre de 1976 lo detuvieron en la zona de Congreso y fue en Automotores Orletti el último lugar donde se lo vio con vida.


Rafael Lezama González, tenía 23 años Cursaba facultad de Derecho; se integró a la Frt, cuando sobrevino la dictadura debió exiliarse en Buenos Aires donde proseguiría su militancia en el Pvp.  El 1ª de octubre de 1976 salió de su casa, se despidió de su compañera Olga Martínez y al igual que otros militantes del Pvp, no se supo más de ellos.


Adriana Gatti Casal, 17 años, embarazada de 9 meses. Muere en el hospital Alvear el 8 de abril de 1977 en Buenos Aires luego de haber sido gravemente herida


Anfrés Humberto Domingo Bellizi tenía 24 años, se fue al exilio en el 1974, vivía en Congreso, Buenos Aires, cuando se lo llevaron en abril de 1977. Estudiaba preparatorio de Medicina en el nocturno del Dámaso, Desaparecido.


José Enrique Michelena Bastarrica, estudiante de ciencias económicas Se trasladó a Buenos Aires en 1975 con su esposa Graciela de Gouveia, allí trabajaron y cumplieron trabajos sociales en parroquias de barrios obreros. Tres autos con gente de particular se los llevaron de su domicilio de Avellaneda el 14 de junio de 1977, tenía 28 años. En casas de vecinos quedaron sus dos hijos, Fernanda de cinco y Alejo de dos años.


Rosario del Carmen Barredo Longo, estudiante de medicina de 33 años de edad. Es detenida en su domicilio el 13 de mayo de 1976 en Buenos Aires por la policía federal, se presume que luego de varios días es llevada a “Automotores Orletti”. Es asesinada el 20 de mayo de 1976. Muere a causa de heridas de bala, es encontrada maniatada en un automóvil.  Tenía 3 hijos.


Helios Serra Silvera, se trasladó a Buenos Aires en 1974. Siguió estudiando en la Alianza Francesa de Almagro, trabajó en la contaduría de El Hogar Obrero y militaba en un grupo denominado Tendencia Marxista Revolucionaria. Tenía 23 años cuando lo secuestraron el 27 de junio de 1978 en la vía pública. Su hermano Ariel, rastreó los pasos de los asesinos por los pozos de El Campo y el Olimpo, de donde sobrevivieron testigos del pasaje del “Negrito” por estos siniestros lugares.  En diciembre de 2007 fueron repatriados sus restos y Helios Serra encontró debida sepultura. La justicia siguió y sigue ausente.


Ana María González Pieri, 26 años estudiaba en la Facultad de Ciencias Económicas; Facultad de Ingeniería. Muere en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas, la causa, falta de atención médica adecuada


Gladys Elena Yáñez Rijo, estudiaba en la Escuela Universitaria de Servicio Social, tenía 33 años. Muere en prisión en setiembre de 1980 por no recibir la atención médica adecuada.


Hugo Haroldo Dermit Barbato, 32 años, estudiante de medicina asesinado en la tortura el 20 de diciembre de 1980 en el regimiento de caballería mecanizada Nº 4


Yamandú Rodríguez, asesinado el 24 de febrero de 1981


José Félix Nieto Gnazzo, estudiante de arquitectura, lo dejaron morir en la cárcel el 31 de julio de 1984


Adolfo Wasen Alanís, estudiante de derecho, rehén de la dictadura que muere el 17 de noviembre de 1984 a raíz de un cáncer que durante mucho tiempo fue diagnosticado como contractura. Adolfo no recibió la atención médica adecuada y estaba recluido en condiciones extremadamente precarias.