LA BATALLA IDEOLÓGICA

LA VIDRIERA IRRESPETUOSA
LA BATALLA IDEOLÓGICA



por Hugo Bruschi en el año de la Resistencia.


Habían llamado a la puerta y como la mujer estaba ocupada en la cocina, atiende su marido. Luego de un buen rato, vuelve agitado y balbuceando algunas palabras, como hablándose a sí mismo. Quien era? pregunta la mujer...Mirá, eran los compañeros...Y qué querían "esos compañeros" ?pregunta nuevamente en un tono burlón y desafiante. Dicen que tenemos que prepararnos para la batalla por un giro a la izquierda. Pero ya no somos izquierda? vuelve a insistir la mujer... Sí, pero dicen que muchas veces el largo ejercicio de gobierno, alienta ciertas desviaciones que deberemos corregir y como si este fuera poco motivo, también tenemos a la derecha siempre al acecho. Fijate que ya se está hablando de un cambio de timón, dicen que nuestro tiempo ya fue, y no se que cosas más. Pero por suerte no estamos solos, los compañeros me mostraron una larga lista de gente recientemente reclutada - sus seudónimos claro está - y distribuida en células zonales, algunas de ellas ya en actividad y otras "dormidas" a la espera de ser convocadas. Y tú les preguntaste como será ese giro a la izquierda? insiste la mujer. Bueno, ellos me prometieron que cuando se largue la cosa, me harán llegar toda la información. Que por el momento, el comando insurgente está trabajando en forma clandestina en una casa que tiene muy buena cobertura legal y libre de sospecha alguna. Me aconsejaron además, hacer un relevamiento de la zona en forma muy discreta, una suerte de tomada de pulso a la opinión del barrio. A esta altura del relato, la esposa preocupada por la salud de su esposo, le pregunta si sigue tomando los medicamentos ordenados y también cuando visitará al médico. Tengo hora para mañana de tarde, fue la respuesta del hombre. Mirá, -continúa la mujer- no estaría demás relatarle al médico todo esto que me acabás de contar. Yo pienso que has vuelto al mundo de las fantasías y de pérdida de contacto con la realidad que nos rodea. Así que tu crees que todo es producto de mi psiquis enferma? replica el hombre. Hazme caso y habla con el médico que después de todo es un compañero. Bueno, voy a ver como viene la mano pues me pidieron absoluta reserva y no puedo aventurar la seguridad de la gente.


Una vez que su esposo salió rumbo al médico, se queda en la puerta murmurando "porqué no habré salido yo a atender a esos "compañeros", vivillos que se ganan sus buenos sueldos jugando a los discrepantes, haciéndole creer a la gente que son la verdadera izquierda, oficiando de muros de contención para la marea que se viene y no la podrán parar. Están pero no están, discrepan pero votan a favor. Vamos a ver que le dice el médico al infeliz de mi marido" acabó pensando.


Cómo te fue? Bueno, me dijo que la presión está estable y no hay motivo de preocupación por ese lado. Y en cuanto a las "fantasías" que tu mencionabas, me dijo que él ya sabía lo que estaba en marcha, porque lo visitaron la semana pasada. Me recomendó jugar al Pokemon, dice que es la mejor forma de detectar al enemigo, que de este modo será mucho más fácil identificarlo. Bueno, esa es la ventaja de tener médicos compañeros, replicó la pobre mujer a quien el almacenero de la esquina ya le cortó el fiado...








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